viernes, 7 de junio de 2013

¡Dios mio! ¡una erección!


Sí señor, porque toodos tenemos momentos incómodos.

Y si eres un hombre puede que la culpa de esos momentos sea tu nabo.

Si eres una chica tal vez no lo entiendas de esta manera, para las chicas esos "momentos incómodos" empieza cuando les llega la regla.

Pero yo no sé nada de eso, así que me concentro en lo mío. (penises)

Y esta, más que un artículo, es una carta de disculpas, una disculpa a alguien conocido.

A yisus:

Lo siento yisus, no soy un hombre religioso (soyateus), pero me gusta tener respeto con la gente, aunque estos hayan muerto hace mas de 2000 años.

Le hice muchas putadas a yisus, como tirar el agua bendita a mis amigos diciéndoles con toda la condolencia "los estoy bendiciendo" mientras seguía arrojándoles chorros de agua a la ropa, y ellos no sabía si molestarse o alegrarse.

También una vez cuando me tuve que confesar y le dije estupideces al padre, hasta que termino por expulsarme diciéndome del modo más serio: "vuelve cuando tengas algo maduro que contarme."

Ja, idiota.

Entre otras cosas, pero hay algo que quedara en mi mente como en la mente del sacerdote.

Y es algo que yo llamo: "la erección milagrosa."

Todo empezó cuando yo, obligadamente, tuve que ir a una misa que se celebraba en la parroquia, estaba en una edad en la que los padres (con todo el morro del mundo) te mandan a la iglesia a que seas un niño bueno y para que hagas tu "confirmación."

Como sea. Continuare.

Mientras el sacerdote nos pedía que nos pongamos de pie y nos sentemos repetidas y cansadas veces, y que cantemos chorradas pegajosas sobre lo agradecido que estamos con el señor; yo, por otra parte, no dejaba de recordar un video porno que había visto el día anterior.

S, cuando tenía 12 años era un desgraciado pervertido, que veía porno de la manera más furiosa.

Bueno, pues estaba CALIENTE, y lo pongo en mayúsculas porque cuando tienes doce años no estas caliente, estás CALIENTE.

Y no podía dejar de mirar a una monja que iba a la iglesia, y que estaba al lado del sacerdote.

"Hombre!, si la hubieras visto, no estarías tan molesto."- le diría a San Pedro cuando me estén juzgando en el cielo.

Cosa que no pasara: Soy ateo, me iré al infierno.

Pero no podía dejar de mirar a la monja, me ponía, cada vez mas y mas y mas y MAS!

Y como dije tenia CALENTURA, y la miraba de la manera más lasciva, lo peor fue cuando recordé que ese día el sacerdote le pedía a un niñito que subiera a leer una parte de la biblia.

Claro que si macho.

Esta vez me había tocado a mí, y yo no sabía que me iban a llamar.

Así que cuando el sacerdote dijo: "Ahora Drope (no pondré mi nombre por el amor de dios) subirá al estrado para contarnos que ocurrió."

Yo subí, y la gente me miraba extraño, algunos sonreían, otros, que no se habían percatado, solo se mostraban aburridos.

TENIA UNA ERECCIÓN!

Y me di cuenta cuando baje del estrado, parecía un globo inflándose dentro de mis pantalones.

Llegue a mi asiento un poco avergonzado y sonrojado.

Lo bueno de esta historia es que nunca me obligaron a ir de nuevo.

Religión: 0

Drope: 1




Autor: Drope.

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