lunes, 15 de abril de 2013

Ayer le pedí a mi amiga que me dejara tocarla.



Ayer le pedí a mi amiga que me dejara tocar sus pechos.

-déjame.

-no

-solo será un rato.

-noo

-vamos, si quieres cuenta los segundos.

-noooo, además… ¿por qué quieres tocarlas?, son solo carne.

-porque... me gusta.

Hacia frio, estábamos en un parque, era de noche, no había mucha gente, tenía una erección.

-venga déjame tocarlas.

-que no, mira si me das una razón por la que debería dejarte, y si me convence, te dejare tocarlas.

En ese momento pasaron muchas ideas por mi mente, muchas razones de cómo convencerla, pero ella debió ver mi cara, por lo que añadió:

-y que sea una razón lógica.

Ahora no tenía nada en mente; suelo convencer a la gente con cosas que no tienen sentido pero que en mi boca pareciese que si, suena complicado pero no lo es, ya lo verán.

-bueno...

"mierda piensa en una razón ya, necesito tocar sus pechos" me dijo mi pene.
Vía telepática, vía hombre-pene.

Ahora hacia más frio.

-bueno porque es necesario, los hombres tienen que desahogarse de lo contrario estallarían, así está en nuestros genes.

"ahora añade una argumento falas" dijo mi pene. "¿aun mas falas?" le dije yo. "¡más falaz!" respondió él.

-vamos somos amigos, los amigos se apoyan unos a otros, tenemos tiempito siendo amigos, venga, además solo son pechos, tu lo dijiste, es solo carne y yo necesito desahogarme, venga déjame.- le dije, creo que queme mucho la palabra "venga” pero no tenía mucho en mente.

Es difícil pensar con una erección.

-no sé, además si te dejo hacerlo me lo pedirás otra vez, y luego otra, y no podre detenerte.

-¡qué va!

-cuando una cosa sale bien, no hay nada que impida una segunda.

-que va, ¿dónde has escuchado semejante tontera?, vamos déjame, solo será un rato.

En ese momento empecé a acercarme a ella e intentar tocarla, ella se resistía pero no se alejaba, para entonces estábamos riéndonos.

Luego no me detuvo, apreté mi mano contra sus pechos una y otra vez.

Luego pare, volví a acomodar sus pechos dentro de su ropa, aun nos reíamos no recuerdo porqué.

Luego seguimos hablando y riendo.

De repente cuando dejamos de reírnos, la mira seriamente y le dije.

-¿me haces una rusa?

Ella voltio los ojos y se puso de pie.

Yo la seguí diciendo:

-¡somos amigos! vengaaaaa.






autor: drope.

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